domingo, 24 de enero de 2016

CÁCOTA DE VELASCO


CÁCOTA DE VELASCO


Uno de los 40 municipios del departamento Norte  de Santander, refundado sobre un asentamiento indígena, el 26 de octubre de 1555 por Ortún Velasco de Velásquez;  Su territorio fue poblado por los indios Cácota, de la familia de los chitareros. 

Temperatura media 16º centígrados. Colinda con los municipios de Pamplona, Mutiscua, Silos y Chitagá.

A continuación, disfrutemos del escrito de Guillermo Maldonado Pérez, ganador de premios nacionales y extranjeros, entre ellos: Casa de las Américas en teatro de La Habana; El Premio Nacional de Guiones para Largometrajes de Televisión, y los Premios Nacionales de Cuento Jorge Zalamea Borda y Jorge Gaitán Durán.




CÁCOTA DE VELASCO,

UN PUEBLO QUE ENCANTA

GUILLERMO MALDONADO PÉREZ


En Cácota la vida parece transcurrir entre paisajes de acuarela; el lugar es de una tranquilidad paradisíaco, nadie roba a nadie al menos en su forma más vulgar, y hace años la gente apenas muere de  muerte natural;  de cuando en cuando se ve  por ahí  un policía;  las gentes del campo   o del poblado van con sus celulares sin ningún temor; son gentes sencillas, joviales, risueñas, que practican con naturalidad una cortesía innata; saludan como si fuese cosa rara, dan los buenos días, o tardes, según sea; allí las mañanas son esplendorosas, de un azul templado sobre las montañas,   y en las tardes, a veces, el pueblo se ve  entre nubes.

Durante el paseo que emprendimos con amigos se presentó una pequeña escena que describe estas maneras: en un recodo del camino a Ojo de Piedra se encuentra una cabaña muy pobre, donde una  abuela  cuida de sus diez pequeños nietos,  de uno a diez años;  el penúltimo, Pablo,  un chico de dos años, de ojos verdes y cachetes colorados como una manzanita criolla, se levantó del piso de tierra donde jugaba y vino a saludarnos de mano; los paseantes ( éramos tres: Álvaro Sánchez, fotógrafo y promotor del viaje, Juan Gutiérrez, antioqueño conocedor como ninguno de Norte de Santander, y quien esto escribe), ante la pequeña mano tendida del simpático chiquillo no pudimos menos que nombrarlo don Pablo.

A Cácota de Velasco se llega  por  la carretera Central del Norte en  buen  estado ,  a una  hora  de Pamplona; todavía hay muchachos que hacen el trayecto a pie, por el mismo camino que recorrieron los españoles, hace ya casi quinientos años, cuando fundaron el poblado, habitado entonces por Cácota, el mohán y su tribu chitarera;  Ortún Velasco, el fundador, añadió su  apellido a Cácota, juntura que resume los elementos indígenas y españoles  que allí  se  manifiestan  de manera  -muy notable.

Por sus pintorescas callecitas, bajo los aleros de las casas pintadas de blanco, con materos de geranios colgando con gracia de ventanas y balcones, se respira un aire andaluz. La plaza luce amoblada con decoro, con escaños y jardines y moyas gigantes,  como  sala que espera  recibir  con hospitalidad al visitante.

Cácota ha resurgido de su letargo de siglos durante el último lustro, y se ha convertido en  atractivo turístico,  cada vez más visitado por  nacionales y extranjeros.

Las nuevas generaciones de las cuales el pintor Sergio Hernández es un buen ejemplo, dieron vuelco al entorno y convirtieron el amor por su pueblo en motor de desarrollo; poco a poco lograron hacer algo que parecía sencillo: que las  gentes se  miraran  a  sí mismas,  a su  tierra, a  sus  valores,  y  lo  mostraran con seguridad  y desparpajo.


A la entrada del poblado lo primero que encuentra el visitante es la Casa de la Cultura, hermosa edificación restaurada, de inminente inauguración; no  es  fortuito  que  sea  así,  pues  la conciencia de los cacotenses indica que su pasado, presente y porvenir es y será de índole plenamente histórica y cultural.

Pueblo de artesanos, la alfarería es su mayor insignia;  durante  centurias  Cácota  suministró vasijas y artilugios para el  uso cotidiano en  la provincia de Pamplona y otros vecindarios; el  origen del oficio es ancestral y se remonta a tiempos precolombinos, como lo demuestran hallazgos arqueológicos, donde técnicas, formas y acabados del presente coinciden con las del pasado lejano; Emanuel Conde, uno de los quince  artesanos importantes  del lugar,  lo  afirma  con autoridad: la alfarería de Cácota se distingue de la del resto del país por el  color rojo  terracota del barro cocido, sobre todo en el los  tiestos de las arepas,  vasija icónica  de la  cerámica aborigen.

El  lugar, infaltable  para  visitar, es la laguna; su  espejo de agua  pareciera contradecir la misma ley de gravedad, que la mantiene en las alturas sobre un valle; el empinado ascenso – los carros van hasta la cúspide, por orden del paisaje se convierte en peregrinación ritual; las altas montañas, que tocan el cielo, son como un Machu Picchu natural; por cierto Cácota  tiene la  misma altitud del famoso lugar inca, 2.400 metros sobre el nivel del mar; pero las montañas no son abruptas, son sosegadas, suaves al ojo, superficies tersas, cultivadas con esmero, como enormes senos maternales  moldeados por las amorosas manos de un alfarero celestial.

Cerca de la laguna hay un gran redondel de piedra, cimiento tejido en forma circular, de procedencia seguramente indígena; la hermosa construcción, cubierta de lama gris, pareciera delimitar un espacio sagrado, un lugar de culto a los antiguos dioses;  tal vez que fuese una  especie de oratorio astral, campo ceremonial de comunicación celeste; todo lo circunda un  silencio solemne, el aire puro y  el viento que,  místico, susurra a los oídos  voces y flautas y  fotutos del pasado prehistórico; en aquellas altas montañas el paisaje es imponente, filosófico, sagrado.

Toda Cácota de Velasco es una comarca mágica, poblada de relatos y seres fantásticos, que los viejos cuentan y los niños recrean, extasiados. El clima es frío, aunque benévolo; el silencio, terapéutico; la tranquilidad, sanadora; y estimulante la inteligencia  y  la  cordialidad  de  sus gentes. Hasta los gallos,  con sus cantos en cadena, saludan  la alborada.

En el pueblo hay hostales que funcionan en antiguas casonas de hacienda, de corredores empedrados y salones amplios, que ofrecen hospedaje confortable y  promueven  paseos turísticos a la montaña, entre los cuales se distingue un activo personaje, Ana Villamizar, del  Hostal la Hacienda.

Hay carencias, desde luego, y muchas; el nuevo alcalde, Manuel Isidro Duarte, consciente de ello, como   conocedor profundo   de las necesidades  de su pueblo ha organizado un  buen equipo de

Trabajo, que se apresta a atender las expectativas sociales, económicas y culturales de sus gobernados; “las carreteras secundarias y terciarias –dice serán prioridad. Lo que voy a hacer en mi pueblo lo he soñado muchas veces , añade; y yo creo que un alcalde que sueña, que empieza por madurar sus proyectos en los sueños, seguramente los va a cumplir pues su compromiso mayor es consigo mismo; en la tarea lo acompañan Yesid Araque, secretario de cultura, que tiene  claridad meridiana sobre  su trabajo por hacer,  y el asesor Sergio Arturo  Duque.

Se definen a sí mismos con orgullo como artistas, lo cual ya es un plus en su calidad humana y administrativa; trabajan en conjunto, acoplados,  como lo hacen  cuando cantan y tocan el tiple y  el requinto,  pues también son músicos y  tienen un   conjunto y admiran a Velosa.

Sin duda Cácota encanta, deja en el ánimo un vivo deseo de volver.









IGLESIA DE CÁCOTA
AÑO  2012









IGLESIA DE CÁCOTA
AÑO  2016








LAGUNA DE CÁCOTA (ZULALÁ)





FOTOGRAFÍA DE LA SEMANA
DE  JUAN L. GUTIÉRREZ LÓPEZ
EL ESPECTADOR DE BOGOTÁ - LUNES  7 DE MARZO DE 2016

VEREDA  FONTIBÓN
CAMINO AL CRIADERO DE TRUCHAS 

     




TIESTOS Y MOYAS 
ACTIVIDAD ANCESTRAL DE LOS INDIOS 
CÁCOTAS Y TRABAJO DE SUS ACTUALES POBLADORES.






HOSTAL DE CÁCOTA
FAMILIA  HERNÁNDEZ  MANTILLA 







HOSTAL DE CÁCOTA
FAMILIA  HERNÁNDEZ  MANTILLA 





CASA DE LA CULTURA 






NIÑO CAMPESINO DE CÁCOTA
VEREDA DE MATADELATA




HOMBRE  CENTENARIO
LUIS BAUTISTA  -  ANCIANATO DE CÁCOTA








CRÓNICA SOBRE CÁCOTA

PUBLICADA EN LA OPINIÓN DE CÚCUTA

DOMINGO 7 DE FEBRERO DE 2016 PÁG. 3B





Agradezco Comentario, dentro de este blog o al correo  (escritos.asv@gmail.com)
para conocer su punto de vista,  con ellos enriquezco el trabajo
 y los que a futuro deje a su consideración.





2 comentarios:

  1. que bonitas las tomas el documento sobre todo bien redactado es bueno ver cosas que uno ni conoce y darse cuenta q hay muchas cosas lindas afuera

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  2. Muy buena promocion de un pueblo olvidado por los nativos y dejado al margen de las epocas. Buenas fotos.

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